Ante la reducción de ventas de
té experimentadas por la Compañía Británica de las Indias Orientales, que sufrían el boicot de colonos que importaban de forma ilegal y vendían el té sin pagar aranceles, y por tanto con unos precios más bajos, el Gobierno Británico aprobó la ley del té. Esta ley permitió a la Compañía de las Indias Orientales vender té a las colonias directamente, sin pagar aranceles. Los precios fueron muy inferiores a los de los contrabandistas.
Este acto simbolizó para los colonos el intento británico de apabullar la Independencia estadounidense. Se produjeron importantes protestas y conflictos, que tuvieron especial trascendencia en
Filadelfia,
Nueva York y
Boston. Los contrabandistas exigieron a los encargados de la Compañía de las Indias Orientales que abandonasen sus puestos.
Finalmente, un grupo de colonos denominado “Los hijos de la libertad” se disfrazaron de indios mohawk, llegaron a los barcos repletos de té que esperaban ser desembarcados en el Puerto de Boston, intimidaron a los marineros y subieron las cajas de té de la bodega a la cubierta. Posteriormente, abrieron las cajas y tiraron todo el té por la borda. Vertieron 45 toneladas de té, por valor de unos £10 000. Además, muchos colonos juraron no volver a tomar esa bebida como señal de protesta.